Caballeros del Pilar

MEDITACIÓN DICIEMBRE 2023

27/11/2023

 

Queridas Damas y Caballeros: En el mes de diciembre os invito a meditar la Carta del Papa Francisco a Monseñor Fisichella para el Jubileo del 2025.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, por siempre sea bendita y alabada. Gracias, Señora del Pilar, por haber venido a Zaragoza, y dejarnos TU PILAR, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Señora del Pilar, te pedimos por el Papa Francisco, por nuestro Arzobispo Carlos, por la santidad de la Iglesia, y de la Diócesis de Zaragoza. Ayúdanos a defender la vida desde el primer momento de su concepción. Señora del Pilar, Reina de la Paz, que reine la paz en el mundo; danos trabajo digno para todos, y abundancia de vocaciones sacerdotales, religiosas, y de entrega a Dios en medio del mundo.

Recuerda el Santo Padre que el Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia. El pueblo fiel de Dios ha vivido esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios.

El Papa nos anima a mantener encendida la llama de la esperanza: “El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente”.  Por esta razón elige el lema: “Peregrinos de la Esperanza”.

En palabras del Papa, todo esto “será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna”.  Piensa “especialmente en los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras.  Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo”.

La dimensión espiritual del Jubileo, “que nos invita a la conversión, debe unirse a estos aspectos fundamentales de la vida social, para formar un conjunto coherente.  Sintiéndonos todos peregrinos en la tierra en la que el Señor nos ha puesto para que la cultivemos y la cuidemos (cf. Gn 2,15), no descuidemos, a lo largo del camino, la contemplación de la belleza de la creación y el cuidado de nuestra casa común”.  El Santo Padre espera “que el próximo Año Jubilar se celebre y se viva también con esta intención”.

Confía a Monseñor Fisichella “la responsabilidad de encontrar las maneras apropiadas para que el Año Santo se prepare y se celebre con fe intensa, esperanza viva y caridad operante”.

Es importante, dice el Papa, “ayudar a redescubrir las exigencias de la llamada universal a la participación responsable, con la valorización de los carismas y ministerios que el Espíritu Santo no cesa de conceder para la edificación de la única Iglesia”.

Indica que “las cuatro Constituciones del Concilio Ecuménico Vaticano II, junto con el Magisterio de estos decenios, seguirán orientando y guiando al santo pueblo de Dios, para que progrese en la misión de llevar el gozoso anuncio del Evangelio a todos”.

En este tiempo de preparación, alegra al Santo Padre pensar que “el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo”.

“Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla”.

“Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día.  Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón.  Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción”.

Queridas Damas y Caballeros, en definitiva, el Papa nos pide “un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos”.

Vuestro Director Espiritual: Pedro José

Last modified: 27/11/2023

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