Caballeros del Pilar

MEDITACIÓN NOVIEMBRE 2023

24/10/2023

 

Queridas Damas y Caballeros, en el mes de noviembre, en la vela ante Nuestra Señora del Pilar, os invito a meditar en la virtud cardinal de la fortaleza.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, por siempre sea bendita y alabada. Gracias, Señora del Pilar, por haber venido a Zaragoza, y dejarnos TU PILAR, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Señora del Pilar, te pedimos por el Papa Francisco, por nuestro Arzobispo Carlos, por la santidad de la Iglesia, y de la Diócesis de Zaragoza. Ayúdanos a defender la vida desde el primer momento de su concepción. Señora del Pilar, Reina de la Paz, que reine la paz en el mundo; danos trabajo digno para todos, y abundancia de vocaciones sacerdotales, religiosas, y de entrega a Dios en medio del mundo.

Siempre necesitamos la virtud de la fortaleza. Testimonio de fortaleza ofrece quien expone la propia vida por salvar a alguno que está a punto de ahogarse, también quien presta ayuda en las calamidades naturales: incendios, inundaciones, etc.

Afirma San Juan Pablo II: Atestigua una virtud grande, a veces incluso heroica, “una mujer, madre de familia numerosa, a la que muchos “aconsejan” que elimine la vida nueva concebida en su seno y se someta a una “operación” para interrumpir la maternidad; y ella responde con firmeza: “¡no!”. Ciertamente que cae en la cuenta de toda la dificultad que este “no” comporta: dificultad para ella, para su marido, para toda la familia; y, sin embargo, responde: “no”. La nueva vida humana iniciada en ella es un valor demasiado grande, demasiado “sacro”, para que pueda ceder ante semejantes presiones”.

San Juan Pablo II pone otro ejemplo de fortaleza: “Un hombre al que se promete la libertad y hasta una buena carrera, a condición de que reniegue de sus principios o apruebe algo contra su honradez hacia los demás. Y también éste contesta “no”, incluso a pesar de las amenazas de una parte y los halagos de otra. ¡He aquí un hombre valiente!

Muchas, muchísimas son las manifestaciones de fortaleza, heroica con frecuencia, de las que no se escribe en los periódicos y poco se sabe. Sólo la conciencia humana las conoce… y ¡Dios lo sabe!”

Según Santo Tomás de Aquino, la virtud de la fortaleza se encuentra en la persona “que está dispuesta a afrontar los peligros; a soportar las adversidades por una causa justa, por la verdad, la justicia, etc.”.

La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y del miedo.  Para alcanzar la virtud de la fortaleza debemos estar sostenidos por un gran amor a la verdad y al bien. Sin sacrificio, es imposible vivir la virtud de la fortaleza.

El Evangelio va dirigido a hombres débiles, pobres, mansos y humildes, constructores de paz, misericordiosos; y, al mismo tiempo, hace una llamada constante a la fortaleza. Jesús nos dice: “No tengáis miedo” (Mt 14, 27); y nos enseña que es necesario “dar la vida” (Jn 15, 13) por una causa justa, por la verdad, por la Justicia.

Tenemos el ejemplo de santos, de naturaleza muy sensible y frágil, que, sin embargo, fueron valientes.

El Señor, a la mayor parte de los cristianos, no les pide que derramen su sangre en testimonio de su fe. Pero pide a todos una fortaleza heroica para proclamar la verdad de Cristo con obras y con palabras en todos los ambientes.

Hoy tenemos necesidad de modo particular de la virtud de la fortaleza. Todo acto de virtud incluye un acto de valentía, de fortaleza; sin ella no se puede ser fiel a Dios.  En palabras de Francisco Fernández Carvajal, se necesita fortaleza “para superar los estados de ánimo, para evitar las quejas inútiles, para perseverar en el trabajo cuando comienza el cansancio, para sonreír cuando nos encontramos con menos facilidad de hacerlo, para corregir lo que sea necesario, para comenzar cada labor en su momento, para ser constante en el apostolado con nuestros familiares y amigos”.

Queridas Damas y Caballeros, pidamos al Espíritu Santo la virtud de la fortaleza para ser fieles en lo pequeño de cada día: En el trabajo, en la familia, ante la enfermedad, en el dolor o a enfermedad, ante los posibles desánimos. En esta lucha no estamos solos, Dios nuestro Padre está siempre con nosotros.

Vuestro Director Espiritual: Pedro José

Last modified: 24/10/2023

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