Caballeros del Pilar

MEDITACIÓN OCTUBRE 2024

23/09/2024

Queridas Damas y Caballeros:  para vuestra meditación del mes de octubre de 2024 os propongo la catequesis del Papa Francisco del 7 de agosto de este año sobre el Espíritu y la Esposa.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, por siempre sea bendita y alabada. Gracias, Señora del Pilar, por haber venido a Zaragoza, y dejarnos TU PILAR, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Señora del Pilar, te pedimos por la santidad del Papa Francisco, por nuestro Arzobispo Carlos, por la santidad de la Iglesia, y de la Diócesis de Zaragoza. Madre, te rogamos que Damas y Caballeros seamos fieles a nuestra vela mensual. Ayúdanos a defender la vida desde el primer momento de su concepción. Señora del Pilar, Reina de la Paz, que reine la paz en el mundo; danos trabajo digno para todos, y abundancia de vocaciones sacerdotales, religiosas, y de entrega a Dios en medio del mundo.

El Papa trata del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. Hoy, concretamente, sobre el Espíritu Santo en la Encarnación del Verbo. Se lee en San Lucas 1,35: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra”. El evangelista San Mateo 1,18 confirma este dato: “María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo”.

La Iglesia recogió este dato revelado en el Símbolo de fe. El Concilio Ecuménico de Constantinopla definió la divinidad del Espíritu Santo. Este artículo se recoge en el Credo. Comenta el Papa: “Se trata de un dato de fe ecuménico, porque todos los cristianos profesan juntos ese mismo Símbolo de fe. La piedad católica, desde tiempos inmemoriales, ha derivado de ello una de sus oraciones diarias, el Ángelus”.

Queridas Damas y Caballeros: Cuidemos diariamente el rezo del Ángelus a las 12. Animad a vuestros hijos y nietos para que recen todos los días el Ángelus.

Sigue diciendo el Santo Padre: “Este artículo de fe es el fundamento que permite hablar de María como de la Esposa por excelencia, que es figura de la Iglesia”. Afirma San León Magno: Jesús “así como nació por obra del Espíritu Santo de una madre virgen, así hace fecunda a la Iglesia, su Esposa inmaculada, con el soplo vital del mismo Espíritu”.

En la Constitución dogmática Lumen Gentium, nn. 63, 64, se lee: “Creyendo y obedeciendo, engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre, y sin conocer varón, cubierta con la sombra del Espíritu Santo […] La Iglesia, contemplando su profunda santidad, e imitando su caridad, y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre, se hace también madre mediante la palabra aceptada con fidelidad, pues por la predicación y el bautismo engendra a una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios”.

Concluye su Santidad con una reflexión práctica para nuestra vida, sugerida por la insistencia de la Escritura en los verbos “concebir” y “dar a luz”. “En la profecía de Isaías 7, 14 escuchamos: “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo”; y el Ángel dice a María Lc 1,31: “Concebirás un hijo, y lo darás a luz”. María primero concibió, luego dio a luz a Jesús: primero lo acogió en su interior, en el corazón y en la carne, luego lo dio a luz”.

Lo mismo sucede con la Iglesia: “primero acoge la Palabra de Dios, deja que “hable a su corazón” (cf. Os 2,16), y le “llene las entrañas” (cf. Ez 3,3), según dos expresiones bíblicas, para luego darla a luz con la vida y la predicación. La segunda operación es estéril sin la primera”.

La Iglesia se pregunta: “¿Cómo es posible esto?”. ¿Cómo es posible anunciar a Jesucristo y su salvación a un mundo que parece buscar solo el bienestar?” La respuesta es la misma que entonces: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo… Sin el Espíritu Santo la Iglesia no puede avanzar, la Iglesia no crece, la Iglesia no puede predicar”.

Lo que se dice de la Iglesia, vale para cada bautizado. “Cada uno de nosotros se encuentra a veces, en la vida, en situaciones superiores a sus fuerzas y se pregunta: “¿Cómo puedo afrontar esta situación?”. Recordemos lo que el Arcángel dijo a la Virgen: “Nada es imposible para Dios” (Lc 1,37). Te digo y me digo: No lo olvides: “Nada es imposible para Dios”.  Vive de fe. Trata al Espíritu Santo.

Vuestro Director Espiritual: Pedro José

Last modified: 23/09/2024

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