Caballeros del Pilar

MEDITACIÓN JUNIO 2022

30/05/2022

Queridas Damas  y Caballeros, en el mes de junio de 2022, os animo a meditar la Catequesis sobre san José, Patrono de la Iglesia universal, del Papa Francisco.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Bendita  y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, por siempre sea bendita y alabada. Gracias, Señora del Pilar, por haber venido a Zaragoza, y dejarnos TU PILAR, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Señora del Pilar, acorta este tiempo de prueba, que reine la paz en Ucrania y en el mundo; danos trabajo digno para todos y abundancia de vocaciones sacerdotales, religiosas y de entrega a Dios en medio del mundo.

Queridas Damas y Caballeros, Dios mediante, seré operado de próstata dentro de unos meses. Sigo contando con vuestra oración. Gracias.

Se pregunta el Papa ¿qué quiere decir que San José es “patrón de la Iglesia? El Evangelio anota que San José  toma consigo al Niño y a su madre y hace lo que Dios le ha ordenado (cfr.  Mt 1,24; 2,14.21). Resalta así el hecho de que José tiene la tarea de proteger a Jesús y a María. Él es su principal custodio: «De hecho, Jesús y María, su madre, son el tesoro más preciado de nuestra fe» [1] (Cart. ap. Patris corde, 5), y este tesoro es custodiado por san José.

En el plan de la salvación no se puede separar el Hijo de la Madre, de aquella que avanzó «en la peregrinación de la fe, y mantuvo fielmente su unión con el Hijo hasta la cruz» (Lumen gentium, 58), como nos recuerda el Concilio Vaticano II.

Afirma el Papa: “Jesús, María y José son, en un cierto sentido, el núcleo primordial de la Iglesia. Jesús es Hombre y Dios, María, la primera discípula, es la Madre; y José, el custodio. Y también nosotros «debemos preguntarnos siempre si estamos protegiendo con todas nuestras fuerzas a Jesús y María, que están misteriosamente confiados a nuestra responsabilidad, a nuestro cuidado, a nuestra custodia» (Patris corde, 5). Y aquí hay una huella muy hermosa de la vocación cristiana: custodiar. Custodiar la vida, custodiar el desarrollo humano, custodiar la mente humana, custodiar el corazón humano, custodiar el trabajo humano”.

Podemos decir, con el Santo Padre,  que el cristiano, como san José, “debe custodiar. Ser cristiano no es solo recibir la fe, confesar la fe, sino custodiar la vida, la propia vida, la vida de los otros, la vida de la Iglesia. El Hijo del Altísimo vino al mundo en una condición de gran debilidad: Jesús nació así, débil, débil. Quiso tener necesidad de ser defendido, protegido, cuidado. Dios se ha fiado de José, como hizo María, que en él ha encontrado el esposo que la ha amado y respetado y siempre ha cuidado de ella y del Niño”. San José “no puede dejar de ser el Custodio de la Iglesia, porque la Iglesia es la extensión del Cuerpo de Cristo en la historia, y al mismo tiempo en la maternidad de la Iglesia se manifiesta la maternidad de María. José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue amparando al Niño y a su madre, y nosotros también, amando a la Iglesia, continuamos amando al Niño y a su madre”.

Sigue diciendo Papa Francisco: “Este Niño es Aquel que dirá: «Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40). Por tanto, toda persona que tiene hambre y sed, todo extranjero, todo migrante, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso es el “Niño” que José custodia. Y nosotros somos invitados a custodiar a esta gente, estos hermanos y hermanas nuestros, como lo ha hecho José. Por esto, él es invocado como protector de todos los necesitados, de los exiliados, de los afligidos, y también de los moribundos”.

También nosotros “debemos aprender de José a “custodiar” estos bienes: amar al Niño y a su madre; amar los Sacramentos y al pueblo de Dios; amar a los pobres y nuestra parroquia. Cada una de estas realidades es siempre el Niño y su madre (cfr. Patris corde, 5). Nosotros debemos custodiar, porque con esto custodiamos a Jesús, como lo ha hecho José”.

Nos pide el Papa amar a la Iglesia “como es, como un Pueblo de pecadores,  con muchos límites, pero con muchas ganas de servir y amar a Dios”.  Reconocer también “todo el bien y la santidad que están presentes en la Iglesia, a partir precisamente de Jesús y de María. Amar la Iglesia, custodiar la Iglesia y caminar con la Iglesia”.

Queridas Damas y Caballeros, como nos pide el Papa, acudamos a la intercesión de san José pidiendo por la Iglesia Universal.

Vuestro Director Espiritual: Pedro-José.

Last modified: 30/05/2022

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